La cimbra es una de las partes más importantes de un vehículo. Esta se encuentra entre la dirección y la suspensión del vehículo y está formada por un brazo oscilante o brazo de control. Su función principal es mantener el control durante maniobras como giros o cambios de dirección con el objetivo de mejorar la estabilidad y maniobrabilidad del vehículo.
Es un elemento de seguridad pasiva, propociona un refuerzo a la carroceria y con ello protege a los ocupantes en caso de accidente dentro del vehiculo.
En un automóvil suele haber 3 cimbras: una delantera que a veces forma una sola pieza con los montantes del parabrisas, otra central y otra trasera.
La cimbra es un dispositivo de seguridad necesario para mantener una conducción segura en los vehículos. Esta se encuentra cerca de los neumáticos e impide que el volante salga accidentalmente de su posición original. Esto asegura que los neumáticos no se rompan, ahorrando al conductor de posibles daños en caso de accidente. Es una parte fundamental para asegurar una mejor estabilidad y además proteger al conductor y los pasajeros de posibles lesiones.
Uno de los puntos principales a considerar cuando se trata de la cimbra es su ubicación. Normalmente, la cimbra está ubicada debajo de la rueda trasera, con una correa o un soporte que vayas a sujetar al suelo. Esta correa o soporte no debe colocarse muy suelta, sino que debe ser ajustada de tal manera que se mantenga en el lugar correcto. Además, la cimbra también debe comprobarse con frecuencia para asegurar que no se haya desgastado de forma excesiva.
Una vez instalada, es importante que la cimbra se compruebe regularmente para ver si está en buen estado. Es aconsejable cambiar la cimbra con cierta frecuencia, especialmente si se conducen vehículos con una gran cantidad de kilómetros recorridos. Además, también es importante que se tenga cuidado con el tipo de cimbra utilizada, ya que hay algunos modelos que son más seguros que otros.