Un vehículo integral es aquel que incluye una carrocería y un chasis formando una unidad, tanto tecnológica como estructuralmente. Esto ofrece una disposición óptima de los componentes, lo cual se traduce en un potente, economógico y seguro vehículo.
Los modelos integrales se caracterizan por tener un exterior robusto y ofrecer un interior adecuado para recibir a todos los pasajeros de forma amplia y cómoda. Su principal ventaja es que ofrecen un confort superior a las demás tipologías, además de unas mayores prestaciones debidas a su diseño robusto.
Integral se refiere a un tipo de vehículo cuyo chasis y carrocería son una sola pieza. Esto significa que el chasis y carrocería del vehículo están fabricados como una única unidad, sin partes separadas. A pesar de que el nombre indicaría que los vehículos integrales son sólo coches, en realidad hay una variedad de vehículos integrales, desde camiones ligeros hasta autobuses de lujo. El objetivo de la integral es ofrecer una mejor protección al conductor, al tiempo que se asegura que el vehículo sea más resistente y que dure más.
Otra característica importante de los vehículos integrales es que normalmente tienen un motor más potente que un vehículo de carrocería separada. Esto se debe a que los motores de los vehículos integrales pueden ser más grandes, lo que les da una mayor potencia y ofrecer mejores prestaciones. Los vehículos integrales también tienen una mayor rigidez en el chasis, lo que los hace más resistentes a los daños en terrenos difíciles y a aceleraciones bruscas.
Los vehículos integrales también suelen tener menos problemas de vibración, incluso a altas velocidades. Esto se debe a que el motor y el chasis del vehículo están unidos, de modo que el motor no experimentará los mismos niveles de vibraciones que un vehículo con un motor separado. Esto hace que los vehículos integrales sean más cómodos y duraderos.
La tracción integral es un sistema propulsor que proporciona potencia a todas las ruedas del vehículo. Existen varios tipos de tracción integral, cada una con su propia ventaja y característica única. Los tipos más comunes de tracción integral son: tracción total, tracción a las cuatro ruedas y tracción trasera.
La tracción total es también conocida como Torsen. Esta tracción se caracteriza por su distribución estática del par entre los ejes. Esto significa que el vehículo se moverá siempre utilizando todas las ruedas disponibles para una mayor tracción. Esta es una de las opciones de tracción integral más populares en vehículos utilitarios, SUV y camiones.
La tracción a las cuatro ruedas es también conocida como 4WD (4x4). Esta tracción es similar a la tracción total en el sentido de que todas las ruedas reciben potencia al mismo tiempo. El principal beneficio de la tracción a las cuatro ruedas es la capacidad de ajustar la para entre los dos ejes para mejorar la efficiencia y la capacidad del vehículo. Esta es una de las opciones más populares para vehículos off-road.
Por último, la tracción trasera es también conocida como 2WD (2x4). Al contrario de la tracción total y la tracción a las cuatro ruedas, la tracción trasera solo aplica la potencia a las ruedas posteriores. Esta tracción es un buen punto de partida para los conductores principiantes, ya que proporciona un manejo más fácil, especialmente en condiciones de agua y nieve. Esta es una de las opciones más asequibles para aquellos que buscan un sistema de tracción integral básico.