Las baterías NCM (cobalto-níquel-manganeso), NCA (níquel-cobalto-aluminio) y LFP (fosfato de litio de ferro) son problemas comunes en los vehículos eléctricos. Estas baterías pueden aumentar significativamente la autonomía de los vehículos. La batería NCM es una batería de iones de litio muy común usada en los vehículos eléctricos híbridos y enchufables. La NCA también es una batería de iones de litio con una mayor densidad de energía, lo que significa que contiene una mayor cantidad de energía por unidad de volumen. Por último, la batería LFP está diseñada para tener una duración más larga y es menos propensa a los daños. Estas baterías son fundamentales para obtener la mejor operación de un vehículo eléctrico.
Las baterías de litio-yodo NCM y NCA son cada vez más usadas en los vehículos eléctricos. Estas baterías ofrecen una estabilidad térmica mejorada y mayor resistencia a problemas tales como la expansión térmica. Estas características, junto con una mayor densidad de energía, hacen de las baterías NCM/NCA la elección ideal para los vehículos eléctricos. Además de estas ventajas, hay algunos inconvenientes de estas baterías.
Las baterías NCM y NCA tienen una mayor susceptibilidad a la sobrecarga, por lo que es importante controlar el nivel de carga en todo momento. Estas baterías tienen una vida útil más corta que las baterías de plomo-ácido, lo que significa que los usuarios deben ser conscientes de esta limitación al usar baterías NCM/NCA. El precio de estas baterías también puede ser un factor limitante para algunos usuarios.
Otra desventaja de las baterías NCM/NCA es la disposición de calor, ya que son capaces de producir grandes cantidades de calor durante la carga. Esto hace que sean poco prácticos para los vehículos eléctricos más pequeños. Por último, la falta de una infraestructura adecuada para el reciclaje de estas baterías hace que sean una opción menos práctica para algunos usuarios. Estas limitaciones significan que se requiere un análisis cuidadoso antes de tomar una decisión sobre qué batería usar en un vehículo eléctrico.
Las baterías de Litio Fosfato de Hierro (LFP) son una solución de almacenamiento a largo plazo para vehículos eléctricos. Estas baterías son seguras, duraderas y económicas, y ofrecen una excelente relación calidad-precio para la mayoría de los vehículos eléctricos.
Las baterías LFP son cada vez más populares para el almacenamiento de energía a largo plazo, ya que ofrecen una excelente vida útil y una resistencia excepcional a los ciclos profundos. Las baterías LFP se descargan y cargan a una baja velocidad, lo que las hace ideales para aplicaciones de almacenamiento a largo plazo, tales como sistemas solares/solares aislados y estaciones de recarga para vehículos eléctricos.
Las baterías LFP se construyen con celdas inhibidas para prevenir descargas profundas involuntarias, lo cual permite una recarga segura de la batería que es ideal para vehículos eléctricos con largos trayectos. Las baterías LFP también ofrecen una baja resistencia interna, lo cual ayuda a aumentar la eficiencia de la carga y descarga.
Las baterías LFP son cada vez más demandadas en el mercado de vehículos eléctricos porque tienen un elevado nivel de seguridad. Los materiales utilizados en la fabricación de LFP son no inflamables y no inflamáveis, y la prevención de sobrecalentamiento adicional durante la recarga ayuda a mejorar la precisión de carga. La baja auto-descarga también proporciona a los propietarios de vehículos eléctricos un ciclo de carga flexible para ayudarles a maximizar el alcance de su vehículo.