Los vehículos autónomos son vehículos tecnológicamente avanzados diseñados para recorrer distancias sin necesidad de un conductor humano. Estos vehículos utilizan sistemas electrónicos, sensores, tecnologías de comunicación inalámbrica, computadoras y más para poder navegar de forma autónoma. Esto les permite identificar baches, cambiar de carril, desviarse en carreteras y tomar otras decisiones basándose en los datos recibidos del ambiente. Están programados para colaborar entre sí para evitar colisiones, tomar rutas seguras y reaccionar a otros factores de la carretera.
Los coches autónomos, también conocidos como coches no pilotados o “Coches Autónomos" son los vehículos que pueden conducirse sin la ayuda de una persona a los mandos. Estos coches están equipados con tecnología de navegación autónoma, que les permite detectar su entorno y adaptarse a él. Esto permite que los vehículos se muevan sin la ayuda de humanos, aunque algunos sistemas requieren que el conductor interfiera para realizar cambios de trayectoria. Durante el viaje, los coches autónomos pueden detectar y evitar obstáculos, conducir a velocidad constante y asumir el control de los elementos de control como el acelerador, los frenos, dirigir el volante y controlar la seguridad.
Existen diferentes niveles de autonomía que se pueden lograr con vehículos autónomos. Los niveles se refieren a la cantidad de control y autonomía que el vehículo cometido al humano durante la conducción. Esto incluye niveles desde cero, donde la automatización es limitada, hasta niveles cinco, donde la automatización es totalmente autónoma sin intervención humana. En los niveles superiores, la autonomía es tan extensa que los coches son capaces de navegar solos, con sólo una construcción física como una carretera marcada para guiarlo. Estos vehículos tendrán la capacidad de responder a las señales de tráfico, reaccionar ante el clima y prevenir o evitar obstáculos.
Los vehículos autónomos pueden conducirse de manera segura, eficiente, resiliente y predecible, y reducirá drásticamente el riesgo de errores humanos y acelerará el proceso de emisión de vehículos zero-emissiones. De hecho, los gobiernos y las compañías están trabajando conjuntamente para impulsar el desarrollo de vehículos autónomos, con la esperanza de mejorar el transporte y reducir el costo, la sostenibilidad y la seguridad del transporte.
Los coches autónomos son una realidad y las tecnologías que los sostienen están en constante innovación. Estándares de conducción como el sensor, la visión artificial y la inteligencia artificial se han vuelto comunes en los coches autónomos. La conducción automatizada también necesita un software especializado diseñado para controlar la dirección, el control de la velocidad y hasta la navegación.
Los sensores son una parte esencial de los coches autónomos. Están diseñados para detectar y evaluar el entorno. Los sensores pueden incluir tecnologías como Lidar, Torreta, Radar, Due Diligence, Cámaras y Detección de Movimiento. Esto les ayuda a determinar el camino más seguro para tomar decisiones y ejecutar acciones según sea necesario.
La Visión Artificial desempeña un papel crucial en los coches autónomos. La inteligencia artificial utiliza algoritmos computacionales para procesar la información que recibe de los sensores. Esto le permite al vehículo interpretar imágenes y situaciones de manera más precisa. Está tan avanzada que permite a los coches autonomos navegar por caminos irrelevantes y obstáculos.
Los coches autonomos tienen coches confiables, excepto en situaciones humanas inesperadas. Esto se debe a la imposibilidad de actuar como un conductor humano. Por ello, los fabricantes de vehículos autónomos se han enfocado en desarrollar una inteligencia artificial con una toma de decisiones fluida y precisa. Cuenta con un sistema de control de velocidad crucero y control de estacionamiento para ayudar al vehículo a conducir en situaciones seguras.
En resumen, los coches autónomos se han vuelto más inteligentes cada día gracias al consorcio de tecnologías de punta. Los sensores, la visión artificial y la inteligencia artificial trabajan de la mano para garantizar una experiencia de conducción que mejore la seguridad.
Los coches autónomos existen en diferentes niveles que van desde la asistencia a la conducción hasta la conducción totalmente autónoma. A continuación se resumen los diferentes tipos de coches autónomos para que conozcamos su clasificación.
Nivel 0: se considera que un coche está en este nivel cuando el conductor tiene control total del vehículo. Estos coches no cuentan con sistemas automatizados.
Nivel 1: en este nivel el vehículo cuenta con cierta automatización para ayudar al conductor. Esto puede incluir la aceleración, el frenado o la dirección asistida del coche.
Nivel 2: a partir de este nivel el vehículo puede “entender” la posición del vehículo en la carretera y limitar la intervención directa del conductor para actuar sobre el vehículo. Esta inteligencia artificial permite al coche mantenerse en la carretera, entre otros múltiples sistemas de seguridad.
Nivel 3: el nivel 3 es el nivel más alto de implementación actualmente permitido. Los coches con este nivel aún necesitan al conductor para estar atento a la situación, ya que el vehículo solo funciona en carreteras determinadas con condiciones ambientales muy específicas. En estos casos, el conductor debe estar listo para intervenir si hay algún problema.
Nivel 4: los vehículos con este nivel son los que se consideran plenamente autónomos. Los sensores del vehículo pueden detectar señales, luces y cualquier cosa que esté a la vista del vehículo e identificar la ubicación del vehículo en relación con la carretera. Los coches con este nivel pueden operar siempre y cuando se cumplan los requisitos legales y las condiciones ambientales.
Nivel 5: este nivel aún no se ha alcanzado. Se considera que los coches con este nivel no necesitan ninguna intervención del conductor y pueden circular por cualquier carretera, que no necesariamente tenga señalización. Este nivel aún no es una realidad.