Los discos de freno son un componente clave de un vehículo para su seguridad y funcionan como un dispositivo de frenado. Estos discos se encuentran ubicados en cada una de las ruedas y consisten en dos superficies entre las cuales se produce una resistencia al movimiento cuando se aplica el freno. Esta resistencia se debe a que uno de los discos está fijo mientras el otro gira con la rueda. El calor generado por el deslizamiento de metal con metal produce la disminución de los movimientos de la rueda, deteniendo o ralentizando el vehículo.
Un disco de freno es un tipo de componente en un sistema de freno del automóvil, usado para frenar el vehículo. Consta de dos discos de metal comprimiendo uno sobre el otro, rodeados de pastillas de frenos. Está ubicado entre los travesaños, montado sobre la parte interior de los neumáticos.
Cuando se presiona la palanca de freno, el líquido de freno se aplica a los discos de freno, aumentando la presión sobre las pastillas de freno. Esto aplica presión sobre los discos de metal, los cuales a su vez, restringe la energía cinética del automóvil, disminuyendo su velocidad gradualmente.
El disco de freno también se conoce como la placa de freno, y es un componente integral del sistema de freno para vehículos. Esta pieza se encuentra detrás de los neumáticos, posicionada entre los travesaños. El disco de freno está diseñado para aumentar la superficie de contacto con el neumático para maximizar la eficiencia, disminuyendo así el tiempo de frenado.
Los discos de freno requieren un mantenimiento regular para garantizar óptimas prestaciones. Esta tarea consiste en revisar que el dispositivo no esté suelto, detectar grietas y desgastes, y asegurar que no existan malos olores y humo. Es importante reemplazarlos si existen daños significativos.
Los discos de freno se utilizan para proporcionar frenado de autos, camiones y otros vehículos. Están compuestos de un par de discos de metal, uno estático y el otro móvil, con dos pastillas de freno. Esta configuración se encuentra en los frenos de freno con un sistema de pedales.
Durante el uso, los discos rotan y simultáneamente las pastillas se comprimen juntas. Se produce un deslizamiento entre los discos y las pastillas para generar la fricción que los frenos requieren para detener el vehículo. Los discos pueden desgastarse con el tiempo debido al endurecimiento por el calor, producido por la fricción extrema al pisar el pedal fuertemente, y deberían reemplazarse con periodicidad regulada.
Los discos de freno deben mantenerse limpios y ensanchados para garantizar su correcto funcionamiento. Esto es posible a través del uso de productos específicos, limpiadores y lubricantes de pastillas, que también solventan los problemas de óxido en la mayoría de los casos.
En caso de emergencia, frenar de forma desesperada con un sólo pie puede llevar a un desequilibrio entre las presiones entre los discos delantero y trasero, convirtiendo una situación desesperada en una acción arriesgada y pudiéndole pasar factura no solo a los frenos, sino también al resto del sistema mecánico, el conductor y sus pasajeros.
Por tanto, siempre es aconsejable realizar un buen uso del pedal del freno y anticiparse con actitudes adecuadas a la hora de conducir para que tanto el abs (antibloqueo de freno) como los discos de freno estén preparados para funcionar en cualquier momento. Más allá de ser el último recurso, el pedal de freno debe ser tratado con cuidado y mantenido para no sufrir ninguna avería.
Los discos de freno se clasifican en función de su tamaño y material. Entre los tipos más comunes se encuentran los siguientes:
Discos Macizos: Son de los más comunes. Están hechos de hierro fundido y presumen de una buena resistencia al calor. Tienen mecanismos de desviación que ayudan a evacuar el calor generado durante el proceso de frenado.
Discos Perforados: Están hechos de hierro fundido e incorporan huecos para aportar una mejor refrigeración. Son más ligeros que los discos macizos y están diseñados para proporcionar una excelente resistencia al calor.
Discos Ventilados: Están fabricados en hierro fundido con una mezcla de aluminio y hierro. Estos discos están diseñados para absorber y disipar mejor el calor producido durante la frenada. Soportan mejor temperaturas altas, manteniendo así la eficiencia de frenado.
Discos Flotantes: Están hechos de dos discos de hierro fundido montados separados por anillos de aluminio para absorber las vibraciones creadas durante la frenada. Así, los discos se mantienen firmes en la pista.