Las electrolineras son una parte esencial de los vehículos. Es el lugar donde los coches se recargan. Funcionan facilitando la entrada de corriente para cargar la batería que alimenta el vehículo. Dependiendo del nivel de tecnología, algunas electrolineras tienen sensores para detectar el nivel de carga de un vehículo, controlar el flujo de la carga o incluso supervisar el clima para minimizar el índice de fallas. Algunos tipos de electrolineras también ofrecen datos sobre su rendimiento para usuarios con cuentas individuales. Por ejemplo, los principales fabricantes de vehículos eléctricos ahora permiten conocer el nivel de combustible, la información sobre pasajeros, etc.
Las electrolineras, también conocidas como estaciones de carga o estaciones de recarga para vehículos eléctricos, se utilizan para facilitar la recarga de vehículos eléctricos sin la necesidad de contar con la electricidad doméstica. Estas estaciones proporcionan energía en forma de electricidad para cargar a los vehículos eléctricos, permitiendo que los usuarios disfruten de mayores trayectos sin preocuparse por los límites de la distancia de la batería de los vehículos.
Los carriles de carga de electrolineras se encuentran bajo tierra o en algún otro lugar como parques o tiendas. Los montantes proporcionan la forma necesaria para montar y sostener el cable de carga. Cuando un vehículo eléctrico está aparcado en la electrolinera, el carril entrega electricidad a los conectores del coche, siendo éste el punto de contacto entre el carril y el coche. Esta electricidad recarga lentamente la batería del vehículo, permitiendo que el usuario disfrute de mayores trayectos sin preocuparse por la distancia de la batería de su vehículo eléctrico.
Los usuarios pueden conectar sus vehículos eléctricos a las electrolineras mediante un conector estándar. Esto asegura que los usuarios no tendrán problemas al conectar su vehículo eléctrico con la electrolinera y que se proporcione la electricidad adecuada para recargar la batería de los vehículos eléctricos. Cualquiera con el conocimiento adecuado y las herramientas correctas puede instalar una electrolinera en su propiedad.
Además, las electrolineras tienen también la capacidad de monitorear la electricidad que se entrega al vehículo eléctrico, comunicando información como la velocidad a la que se está recargando el coche, el tiempo que el coche ha estado acoplado en la electrolinera, etc. Esto permite a los usuarios conocer el estado de carga de la batería de su vehículo para saber cuándo finalizará el proceso de recarga.
Poner una electrolinera en tu propiedad puede resultar una inversión costosa, dependiendo el tamaño y ubicación. Existen muchas opciones para financiar la instalación, como la financiación disponible tanto entre entidades gubernamentales como muchas empresas privadas, y se recomienda revisar estas opciones de financiación antes de invertir. Además, el costo de instalación de una electrolinera varía de acuerdo a la ubicación, el tamaño y la cantidad de estaciones conectadas. El equipo requerido para esto también se tiene que considerar, como cargadores, conectores, contadores de electricidad y otros equipos auxiliares. El proceso de instalación de una electrolinera incluye también licencias, permisos y capacitaciones, todo esto sumado, aumenta los costos. De forma general, el costo total de una electrolinera varía de acuerdo a la ubicación y los equipos asociados.
La cantidad de energía que pueda gastar una electrolinera y los aspectos relacionados con la operación de la estación también contribuyen a los costos totales. Es importante también contar con servicios de seguridad como vigilancia, diagnóstico remoto y asistencia técnica. Estos servicios aseguran el correcto funcionamiento de la electrolinera, y también se tienen que tomar en cuenta como una parte del costo de instalación. Si la estación fue financiada por un estado o gobierno, es posible que se ofrezcan programas para ayudar con el mantenimiento y los costos de operación.
Una estación de carga puede cargar diferentes tipos de vehículos de manera sustentable utilizando la red eléctrica. Las estaciones de carga han desarrollado diferentes tipos de conexiones y tomas de corriente para adaptarse a las necesidades de cada vehículo. Los tipos de carga comúnmente usados incluyen cargas lentas, rápidas y ultrarrápidas. El tiempo de carga varía según el tamaño de la batería del vehículo y el tipo de conexión.
Las cargas lentas utilizan un conector de 110/120 voltios de tres terminales para recargar completamente una batería en el transcurso de un día, lo cual es útil para vehículos menores para baterías pequeñas. Las cargas rápidas son útiles para vehículos más grandes y brindan una recarga aproximada al 80% en menos de una hora. Estas estaciones de recarga solían estar conectadas a una toma de corriente de 220/240 voltios y suelen ser más comunes en las grandes ciudades.
Las ultrarrápidas son la versión más reciente de la tecnología de recarga de vehículos eléctricos. Estas estaciones de recarga permiten recargar completamente la batería de un vehículo eléctrico dentro de un período menor a 10 minutos, lo cual la convierte en la opción más rápida disponible actualmente. Estas estaciones suelen conectarse a una toma de corriente de 400/480 voltios y son más difíciles de encontrar en comparación con las estaciones de recarga lentas y rápidas.
Además de los tipos de carga descritos anteriormente, existen también estaciones de carga juntas que combinan ambos tipos de conexiones. Estas estaciones permiten a los usuarios elegir entre un tiempo más largo para cargar completamente el vehículo o un tiempo más corto para recargar la batería lo suficiente para el día. Estas estaciones de carga duales se están volviendo cada vez más comunes en lugares públicos.