Un capó es un elemento importante en los vehículos, ya que es una tapa ubicada en la parte delantera del vehículo para cubrir los componentes del sistema de combustible y del sistema de dirección. Está diseñado para protegerlos de la intemperie, la suciedad y el polvo, es decir, brinda una barrera para aislar los sistemas del motor y de la dirección del ambiente exterior.
En automóviles, el capó o "cofre" es un componente móvil situado en la parte frontal del vehículo, generalmente cubierto con una lámina metálica. Es principalmente conocido por mantener el motor fuera de la vista del conductor. La palabra "capó" era originalmente el término utilizado para describir la cubierta de hierro que se utilizaba para proteger el caballo de tiro de un carruaje. A lo largo de los años, el término se ha usado para referirse a la cubierta frontal de los vehículos automotores.
La mayoría de los vehículos tienen un mecanismo de apertura de capó deliberado, que se puede manejar desde fuera del vehículo. Esto se usa para abrir el capó cuando quieras chequear el nivel de líquido de refrigeración, los niveles de presión de aceite y la abrazadera de la batería. El mecanismo consta de una palanca situada en la consola central, una cuerda de suspensión de resorte ubicada debajo del capó y una traba localizada en el exterior del vehículo.
El capó también se usa para mejorar la aerodinámica del vehículo. Cada vez que conduces a una velocidad elevada, la presión en la parte frontal de tu vehículo aumenta considerablemente, lo que puede provocar una mejora en la eficiencia de combustible si el capó es lo suficientemente plano. Esto ayuda a los fabricantes a optimizar el diseño aerodinámico de los vehículos, por lo que los motores se presentan con una configuración más estable.
Un capó de vehículo está hecho de diferentes materiales con el fin de proporcionar durabilidad y seguridad. Los más comunes son el acero, la fibra de vidrio o la aleación de aluminio. El acero es el más usado para la mayoría de los vehículos y se trata de un metal muy fuerte y resistente. La fibra de vidrio, por su parte, ofrece una excelente resistencia al impacto y se utiliza principalmente en vehículos de carrera y coches de lujo. Por último, las aleaciones de aluminio son más ligeras, lo que reduce el peso del vehículo y la resistencia de los materiales, y por lo tanto, la economía de combustible.
Además del material, los fabricantes también usan revestimientos especiales para proteger el capó frente a la corrosión. Estos revestimientos añaden una capa de protección adicional contra el óxido, meteoritos u otras partículas que pueden causar daños a la superficie del vehículo. Estos revestimientos también ayudan a bloquear los rayos ultravioleta, lo que previene el envejecimiento del color y el deterioro de la pintura.