La matriculación de un vehículo es el proceso de registro de un vehículo adquirido por primera vez en un regístro oficial. Esta matriculación otorgará a dicho vehículo una identidad y legitimidad para circular en la vía pública. Esto implica realizar un papeleo en el registro o matriculación del vehículo, al cual se le asignará un número de matrícula único.
Matriculación es un término que se refiere al proceso legal de registrar, incluyendo la asignación de un número de matrícula a un vehículo (ya sea un coche, camión, moto, etc.) con el Estado. Esto se lleva a cabo para confirmar el vehículo está autorizado para circular por el Estado y el propietario posee los documentos para el vehículo. Cada Estado tiene sus propias expectativas y requisitos para cada clase de vehículos. Los propietarios deben tratar de asegurarse de cumplir con todas estas regulaciones antes de matricular los vehículos.
La matriculación también se refiere a otras cosas, como la inscripción de nuevos estudiantes en una escuela o el registro de una empresa para realizar negocios. En este caso actualmente, nos referiremos únicamente a la matriculación de vehículos.
El proceso de matriculación en general consiste en reunir los documentos necesarios, como el título del automóvil, pruebas de seguro vigente, prueba de residencia, información de pago y cualquier otra información que el Estado solicite. Una vez que todos los documentos estén presentados y aprobados, el Estado proporcionará una placa de matriculación y una tarjeta de matrícula correspondiente. La placa de matrícula debe ser colocada en el parabrisas delantero del vehículo, mientras que la tarjeta de matrícula correspondiente se puede colocar en el interior del vehículo junto con el título del vehículo. La placa de matrícula se debe renovar y mantener al día de acuerdo a las regulaciones estatales. Si el propietario del vehículo pierde la tarjeta de matrícula, debe ponerse en contacto con el Estado para un reemplazo.
La matriculación de vehículos de motor en España comenzó en 1903 con la Orden Ministerial de 6 de febrero. Esta orden regulaba el uso y las características de los coches a motor, admitiendo un registro y una estampilla para la inspección previa. En 1906 se modificó la clasificación y se añadieron algunas condiciones para el registro de forma voluntaria, pero el primer sistema que permitía la matriculación obligatoria de los vehículos de motor fue aprobado por la Ley de 4 de mayo de 1907.
En 1910 se aumentó la carga fiscal aplicada a los vehículos, lo cual motivó la creación del Registro de Automóviles Oficial. Fue necesaria una nueva ley, la de 5 de abril de 1910, para regular la matriculación de los coches a motor. Esta ley permitía el registro obligatorio de los vehículos con una fecha límite para hacerlo: 1 de enero de 1913. Esta ley también estableció el importe de las tasas de matriculación, así como la necesidad de contar con un seguro de daños materiales para el vehículo.
En la década de 1920 se actualizaron varios aspectos relacionados con la matriculación de vehículos. Se modificaron los requisitos para la matriculación, cambiaron las tarifas, se delimitó la comarca para la matriculación, etc. En los años 30 se unificaron las tarifas de matriculación y se añadieron algunas nuevas condiciones para la inspección de los vehículos.
Durante la dictadura de Franco, se modificó la normativa vigente con el objetivo de modernizar el sistema de matriculación. Se añadieron algunas disposiciones relacionadas con la homologación de los vehículos y se estableció el servo de las Oficinas de Agencia Aduanera para realizar el pago de los impuestos en las matrículas. Con posterioridad, los sistemas de matriculación se han ido actualizando en España de acuerdo con la llegada de nuevas normativas europeas.