El patinado del embrague es una situación en la que el embrague no suelta a tiempo cuando el pedal del embrague es liberado, lo cual impide que el vehículo esté completamente en punto muerto. Esta situación ocurre porque los discos de embrague se han desgastado y ya no tienen suficiente presión para sostener el motor. El patinado del embrague se puede detectar como un suspiro cuando se suelta el pedal del embrague, que puede ser seguido de un ligero estallido cuando el embrague finalmente se desliza.
El patinado del embrague ocurre cuando el embrague está desgastado, enganchado o hay un desequilibrio entre la fuerza de los resortes del embrague que se relaciona a la capacidad de la placa de presión para operar correctamente. Esto causa que el embrague se deslice cuando esta en su punto de máxima presión.
Cuando el embrague patina, el conductor puede sentir un retroceso o girar la rueda del embrague cuando se presiona el pedal. El patinado puede ser causado por daño mecánico al embrague, como desgaste excesivo de la placa de presión o el disco, o por mal ajuste de la presión del embrague. Esto puede provocar errores en la transmisión, lo cual puede afectar el rendimiento del vehículo y disminuir la vida útil del embrague.
Es importante que los problemas de patinado sean identificados y reparados lo más rápido posible para evitar daños mayores a la transmisión y al motor. Para reparar este problema generalmente la solución es reemplazar el embrague completo o los componentes dañados.
El patinado del embrague es un problema común que se puede presentar en los vehículos con el tiempo. Esto sucede porque los elementos del embrague se desgastan, lo que resulta en que el embrague no se deslice de forma suave, sino se “patine” al momento de su accionamiento. Esto sucede porque la fricción entre el volante y el tambor no es la adecuada.
Para remediar el patinado del embrague se debe verificar los elementos del embrague como la campana, placas de presión, disco, trenes así como el sistema de líquido para verificar goteo o resecos. Una vez identificado el problema, se recomienda reemplazar los elementos del embrague, en caso de ser necesario.
Otra manera de mejorar el rendimiento del embrague es una buena calibración, esto se logra ajustando la presión del sistema de embrague para que al momento de arrancar la unión entre el volante y el tambor sea suave.
De igual forma se deben revisar los elementos asociados al embrague como la palanca, los sensores, devanados del volante, cable de embrague, etc. Por último pero no menos importante se debe recordar realizar una correcta limpieza y lubricación de los elementos del sistema para mejorar la fricción.