La propulsión solar en vehículos aporta una fuente de energía limpia y renovable para los viajes. La propulsión solar se refiere al uso de fuentes de energía solar como la luz del sol para alimentar y mover un vehículo. Esto se logra mediante el uso de celdas solares en los vehículos solares, que convierten los rayos solares en energía eléctrica que alimenta un motor eléctrico. La propulsión solar también es conocida como propulsión eléctrica directa solar o potencia solar fotovoltaica.
La propulsión solar es un tipo de propulsión utilizada en vehículos para obtener energía del sol. Esta energía solar se genera usando fotovoltaicos, que son células especialmente diseñadas para transformar la luz solar directamente en electricidad. La energía generada se almacena en baterías para usarla como combustible para propulsar el vehículo.
Los vehículos de propulsión solar se energizan con baterías recargables, que son alimentadas con energía solar almacenada. Estas baterías tienen suficiente capacidad para almacenar con seguridad energía y para así ser utilizadas durante los desplazamiento, tanto de día como de noche. Esto significa que el vehículo es totalmente autónomo, no necesita combustible para alimentarse, solo necesita ser recargado con energía solar.
Los vehículos de propulsión solar ofrecen un gran número de ventajas, incluyendo un mejor rendimiento, una menor emisión de gases de efecto invernadero y un menor costo de mantenimiento. Estas ventajas hacen que los vehículos de propulsión solar sean la mejor opción para aquellos que quieran contribuir al medio ambiente y disfrutar de la libertad que ofrece un coche sin necesidad de recargarlo.
La propulsión solar es una forma de energía que utiliza el sol como elemento principal para generar electricidad que luego se usa para movilizar un vehículo. Esta energía solar puede ser convertida en electricidad mediante un sistema fotovoltaico (celdas solares), que transforman la luz en energía eléctrica.
Las celdas solares son un conjunto de pequeños paneles, generalmente de silicio, conocidos como celas solares fotovoltaicas. Estas pequeñas celdas recogen los rayos solares y los transforman en energía eléctrica. La electricidad así generada puede ser usada para mover un vehículo usando un motor eléctrico.
El sistema de propulsión solar encuentra su aplicación en vehículos de carretera y vehículos aéreos no tripulados (UAVs), como aviones no tripulados, helicópteros y drones. Estos vehículos se erigen con los paneles solares como fuente de energía. Esta energía solamente puede ser utilizada para movilizar los vehículos durante el día, ya que durante la noche no llega la luz solar.
Los vehículos con motor solar pertenecen a la categoría de vehículos completamente eléctricos, que también incluyen vehículos híbridos, vehículos de batería y vehículos de combustión interna.
Los vehículos con propulsión solar carecen de emisiones contaminantes por completo y, por ese motivo, son muy respetuosos con el medio ambiente. Estos vehículos también son mucho más silenciosos que los vehículos de combustión interna, por lo que son una buena opción para lugares poco recomendables para los motores de combustión. Otra de sus ventajas es que, como no requieren combustible, los costos de operación son mucho menores y el mantenimiento es mucho más sencillo.