Ralentí es el régimen mínimo de un motor de combustión interna para mantenerse en marcha sin apagarlo. En un vehículo, el ralentí es el número de revoluciones por minuto (RPM) a las que el motor se sostiene cuando no trabaja para desplazar el vehículo. El ralentí se regula a través del acelerador. Cuando se suelta, el vehículo se mantiene en el régimen de ralentí, pero si se acelera, el motor aumentará la velocidad.
En el lenguaje de los autos, un motor en ralentí se refiere a la situación en la cual el motor está encendido, pero sin recibir combustible para moverse. El motor funciona a una velocidad mucho más lenta que el normal, manteniendo un bajo régimen de revoluciones por minuto (normalmente de entre 500 a 800 RPM).
El ralentí es una configuración del motor que se usa para ahorrar combustible cuando el vehículo está en una situación en la que no necesita usar mucha potencia, como esperando el semáforo en verde, estacionando y en condiciones de tráfico lento. Esto ayuda a ahorrar combustible, ya que el motor no está trabajando con la potencia máxima.
En algunos automóviles también se usa el ralentí para calentar el motor mientras el vehículo está parado. Además de esto, los sensores de regulación de ralentí en motores modernos se usan para calentar el interior del vehículo cuando va en marcha.
Los mecánicos siempre observan el ralentí para asegurase de que el motor esté ajustado correctamente. Si el ralentí se encuentra fuera de la configuración establecida, eso puede indicar un problema en el vehículo. Si el ralentí es muy alto, por ejemplo, puede indicar que hay un problema con el sistema de admisión de aire.
El ralentí es una característica de la mayoría de los motores de combustión interna, comprendiendo los ciclos de combustión, mejor conocido como el número de revoluciones por minuto (RPM) en el que el motor operará sin acelerar. El nivel de RMP de ralentí es controlado por el regulador de ralentí, una válvula electrónica específica montada en el bloque de cada motor.
La función primaria del ralentí es proporcionar la velocidad mínima necesaria para que la calefacción sea suficiente, mantengan los accesorios como el ventilador del radiador o la bomba de combustible abasteciendo combustible al motor, permitiendo mantener el vehículo en marcha sin dar marcha a la par con un pedal de acelerador. También sirve como un sistema de suspensión del motor en los cambios de marcha.
Otra función importante que realiza el ralentí es ayudar a recuperar energía y controlar la temperatura del motor. Cuando el motor se detiene, el sistema de enfriamiento se desactiva y la temperatura del motor aumenta, pero el ajuste de ralentí puede reducir la velocidad del motor para mantener la temperatura del motor dentro de rango. Esto es especialmente útil en las paradas prolongadas.
Finalmente, el ajuste de ralentí de un motor también puede influir en los patrones de combustible. Si un vehículo tiene un ralentí erróneo, puede afectar el consumo de combustible, lo que se traduce en un aumento en el consumo de combustible mayor. Por lo tanto, mantener el nivel de ralentí apropiado es importante para optimizar el rendimiento del motor y mantener los costos de combustible al mínimo.
El ralentí inestable es uno de los peores enemigos del funcionamiento de un automóvil. Esto se debe a que el ralentí es el paso crucial en todas las fases esenciales del automóvil, desde el arranque hasta el cambio de marchas. Cuando el ralentí está inestable, el vehículo puede empezar a experimentar dificultades en la aceleración, el motor puede encenderse y apagarse de forma inconsistente y el motor puede estabilizarse por un breve momento, pero luego comenzar a fallar nuevamente. A menudo, esto se debe a una combinación de factores, como un problema de combustible, una falla en el sistema de control de emisiones, un mal funcionamiento de la bujía, un mal funcionamiento del sistema de alimentación, un mal ajuste del carburador o un mal funcionamiento del sensor de posición del convertidor catalítico.
Además, el ralentí inestable puede llevar a un consumo de combustible excesivo, así como a una mayor emisión de gases. Esto puede ser particularmente problemático si el vehículo no es adecuadamente mantenido. Los síntomas de un ralentí inestable suelen ser bastante obvios. El motor se "ahogará" y experimentará dificultades para arrancar, parpadeará la luz de control del tablero, se escuchará un silbido del escape y el motor se apagará repentinamente. Con secuencias de fallas similares para una variedad de problemas, puede ser difícil diagnosticar el problema exacto. Por lo tanto, si se aprecia alguno de estos síntomas, es recomendable llevar el vehículo a un mecánico certificado para un diagnóstico profesional.
Una vez que se haya detectado el origen del problema, es fundamental realizar la reparación necesaria. Si el gas recupera su consistencia original, los filtros de aire están limpios y los sistemas están fuera de servicio, debe revisarse el carburador para asegurarse de que esté puesto correctamente. Si alguno de estos elementos se encuentra en mal estado, es importante reemplazarlo para mantener el vehículo saludable y seguro. Si el problema persiste, es posible que sea necesario reemplazar los componentes del sistema de control de emisiones, así como cualquier otro componente del sistema de combustible o de escape. Verificar el nivel de refrigerante del motor y ajustar la configuración del motor puede ayudar a solucionar el problema.