Un electrolito en un vehículo es una solución acuosa conductora de electricidad en la que una o más sustancias químicas se han disuelto. Esta solución es el ingrediente principal que se encuentra en las baterías de los vehículos. El electrolito se mantiene en la batería para permitir la corriente eléctrica entre las placas para proporcionar seguridad y almacenar energía. Además mantiene la célula íntegra para prevenir fugas eléctricas. El electrolito es generalmente una mezcla compuesta por ácido sulfúrico diluido con agua destilada. El ácido sulfúrico proporciona la conductividad eléctrica mientras que el agua destilada logra diluirlo.
El electrolito de una batería también se conoce como el ion de litio, y está formado por una solución que contiene sales disueltas, tales como el bicarbonato de sodio, ácido sulfúrico o ácido sulfúrico diluido. Este electrolito se usa en todas las baterías recargables para permitir la circulación de iones o electrones entre las placas de metal dentro de la batería. Esto permite que la batería se recargue, y los electrones fluyan dentro del circuito.
Otra de las funciones del electrolito de la batería es proporcionar estabilidad durante el ciclo de carga/descarga, actuando como una especie de lubrificante para evitar que las placas se oxiden. Si esto sucede, se reduce la capacidad de la batería, lo que disminuye sus prestaciones y vida útil. Por ello, el electrolito debe ser cuidadosamente controlado para asegurar que su contenido y concentración se mantengan en los niveles apropiados.
Es importante también asegurarse de que el electrolito sea suficiente para cubrir completamente las placas de metal dentro de la batería. Esto evitará que se formen áreas de baja y alta actividad dentro de la batería, con las consiguientes pérdidas de potencia. Además, el electrolito controla también los procesos de corrosión dentro de la batería, lo que previene daños internos que afecten su vida útil.
Todos los electrolitos son diferentes, según el tipo de batería; por ejemplo, para una batería de plomo-ácido se utilizará un electrolito diferente al que se usa en baterías de iones de litio. Por lo tanto, es importante asegurarse de usar el electrolito adecuado para la batería específica para asegurar el mayor rendimiento y vida útil posible.
Los electrolitos para baterías de coche son un componente clave para la supervivencia y la salud de la batería. El tipo de electrolito usado depende principalmente del fabricante original y del tiempo de uso de la batería. Por lo tanto, asegúrate de averiguar qué tipo de electrolito necesita la tuya antes de llenarla.
Los electrolitos se clasifican comúnmente en ácidos y alcalinos. Los ácidos usados comúnmente son sulfato de hierro y sulfato de plomo. El sulfato de hierro es un electrolito más barato, pero también se deteriora con el uso y obliga a rellenar la batería con mayor frecuencia. El sulfato de plomo se usa para baterías de alto rendimiento, como las que se encuentran en vehículos deportivos. Esto es más resistente al desgaste y no necesita ser rellenado tan a menudo.
Los electrolitos alcalinos son una parte clave de las baterías recargables comunes que se alimentan mediante energía o baterías solares. Estas consisten en una combinación de hidróxido de potasio, líquido de fusion, metasilicato de sodio y ácido sulfúrico diluido. Estas baterías pueden almacenar energía durante un período de tiempo más largo y no necesitan ser rellenadas con tanta frecuencia.
Hay una tercera categoría de electrolito que se usa para almacenar y transferir energía. Estos electrolitos son conocidos como electrolitos de bajo estado sólido y se componen de agentes químicos resistentes al tiempo y al calor. Estos electrolitos pueden ser usados para alimentar dispositivos de larga duración, como autonomías, sistemas de energía solar y paneles solares. El inconveniente de estos electrolitos es que pueden ser costosos. Sin embargo, cuando se trata de ahorro de energía y protección del medio ambiente, estos electrolitos son la opción más viable.