La fibra de carbono está fabricada con una mezcla de materiales de carbono de alta tecnología y minerales que le dan una resistencia y rigidez increíbles en comparación a otros materiales. El grafeno ayuda a aceptar la carga de los materiales de fibra de carbono que están unidos con adhesivo. Esto les otorga al vehículo una resistencia al impacto superior y el ahorro de peso en componentes como cuerpo, chasis y otros recubrimientos. Esto proporciona al vehículo una mayor agilidad, reducción de vibraciones mejor desempeño y una mayor eficiencia en la combustión del combustible.
La fibra de carbono es un materia prima conocida por su resistencia y ligereza. Se obtiene a partir de compuestos orgánicos precursores, como el monomérico poliacrilonitrilo y el precursor vítreo carbonoso, entre otros. Está compuesta de fibras de carbono microscópicas, entre 1–2μm de diámetro y 0.002–0.005 mm de largo.
Estas características la hacen ideal para la fabricación de productos ligeros, resistentes y duraderos en el tiempo. Debido a su alta resistencia, rigidez y resistencia al fuego, ha encontrado amplio uso en la construcción de vehículos de motor, aviones y barcos, así como en equipos electrónicos y utensilios domésticos.
Actualmente, la fibra de carbono se usa en la fabricación de una gran variedad de productos, desde skis de esquí hasta motores de avión y puentes acorazados. Además, se está investigando sobre su uso para mejorar la resistencia de los neumáticos, con la idea de prolongar la vida útil del vehículo y reducir el consumo de combustible.
También se le ha aplicado para la fabricación de materiales flexibles. Debido al uso previsto para estos productos, además de generar resistencia, es necesario obtener la suficiente flexibilidad para poder soldar y unir las piezas de los vehículos de forma adecuada. Es aquí donde entra en juego el grafeno, un material ultradelgado hecho a partir de la capa más exterior del grafito.
De manera general, la fibra de carbono es la protagonista en el avance de tecnologías relacionadas con el transporte, la fabricación y otras áreas de desarrollo cada vez mas demandantes de durabilidad y eficiencia.
La fibra de carbono es un material sintético que se obtiene a partir de la polimerización o combinación de carbono y otros elementos químicos. Esta fibra resultante es muy resistente, generalmente mucho más duradera que los metales convencionales usados en la fabricación de vehículos. Además, es más ligera y suave que éstos, lo que la hace un material ideal para su uso en la industria de los vehículos.
Por otro lado, el grafeno es un material que se obtiene a partir de la separación de un solo nivel de átomos de carbono. Esto lo hace extremadamente resistente, incluso mucho más que la fibra de carbono, pero también significativamente más costoso. Por este motivo, se suele utilizar en aplicaciones especializadas, como la fabricación de autobús espaciales y reactores nucleares.
Aunque ambos materiales se componen de átomos de carbono, su estructura es completamente diferente. Los filamentos de carbono que forman la fibra de carbono están más separados entre sí, lo que les da su elevada resistencia. En cambio, el grafeno se forma a partir de una sola capa de átomos de carbono, que se adhieren firmemente entre sí, mejorando naturalmente las propiedades del material.